Son muchas las familias en apuros y muchas las personas que han perdido su empleo por culpa de una crisis que no acaba de remitir. Un temporal que vapulea a los más vulnerables, dejándolos a la deriva. Es entonces, cuando el oleaje golpea más fuerte, cuando debemos tender la mano a los más débiles.
Cruz Roja de Asturias presta su apoyo incondicional a los más necesitados, siendo una de sus prioridades reintegrar al mundo laboral a aquellos que han perdido su empleo, así como formar a los más jóvenes pertenecientes a familias que no tienen recursos.
Con Cruz Roja Asturias mantenemos la colaboración en dos programas: Itinerarios Integrales con Personas de Difícil Inserción, que se desarrolla en los municipios de Siero y Langreo, y, junto a Cruz Roja Juventud, el proyecto Infancia hospitalizada. El primero permite redefinir situaciones laborales complejas; el segundo, mejorar la estancia en el hospital de niños y adolescentes.
El primero contó con 216 participantes y, pese a la pandemia, cumplió con creces los objetivos planteados tanto en formación como en inserción. El segundo dio un respiro a los pacientes y sus familias reinventando dinámicas y actividades, reemplazando lo presencial por lo virtual en tiempos de alerta sanitaria.
En el proyecto de animación hospitalaria, voluntarios de la Cruz Roja dedican su tiempo a educar, atender y animar a niños y niñas de entre 3 y 14 años ingresados en el Hospital Central de Asturias. Ningún niño debería sufrir. Lamentablemente, eso no es algo que esté en nuestras manos, pero sí podemos contribuir a que su estancia en el hospital sea más feliz y a que sus familias estén más desahogadas.
El voluntariado de Cruz Roja está compuesto por 35 personas previamente seleccionadas de forma rigurosa, con abundante lista de espera para incorporarse como monitor a la actividad. Juegos de mesa originales, manualidades creativas, cuentacuentos con música, magia, gymkhanas piratas…, todo ello adaptado a la edad de los pacientes.