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Nuestros Mayores

Homenaje a nuestros paisanos

 

La Feria de la Ascensión de Oviedo es una fiesta, un homenaje al campo y a sus gentes. Y si hay algo que mueve a Fundación Caja Rural de Asturias es precisamente eso, Asturias, su campo y su gente. Lo llevamos en el nombre. Así que, tratándose de una fiesta tan nuestra ¡no íbamos a faltar!

En el marco de la Feria de la Ascensión, se celebran los Premios Paisano y Paisana del Año. Premios que apoyamos y que nos gustan especialmente porque reconocen lo mejor de esta tierra, los paisanos y paisanas que la han levantado recorriendo un camino largo y no siempre fácil. El reconocimiento a años de vida prestados al campo y disfrutados en esta maravillosa tierra.

Paisano y Paisana 2017

Mercedes Díaz Concha, 94 años y natural de Los Callejos (Llanes). Sus primeros años los pasó en Francia pero, a la corta edad de 4 años, regresó a Asturias tras el fallecimiento de su padre. Se caso muy joven, a los 18 años, con Ángel. Algunas vacas y una huerta en la que trabajó incansable para después vender sus cosechas en los mercados de Llanes y Posada. Alegre y dicharachera Mercedes ha sido y es una mujer moderna de pensamiento, tolerante y optimista, cualidades que bien le han valido el título de Paisana del Año 2017.

 

Maximino Vega Álvarez «Minín», 96 años, de Argolibio, Amieva. A los 13 años ya estaba en la cabaña del puerto, Puerto de Ordes, a donde subía como otros pastores con el ganado desde mayo a septiembre y octubre, con sus ovejas, cabras y vacas de la raza asturiana de montaña, la “casina”. Se casó con Barbarina y tuvo tres hijos. Una foto en las paredes de su casa recuerda cuando en el Concurso de Santillán, que se celebraba en Castañeu, al que acudía siempre, una de sus vacas quedó campeona.

Paisano y Paisana 2016

Pilar Fernández Gómez, 101 años y nacida en Yerbo (Tineo). Hija de madrereño con vacas y ovejas. Siendo muy niña se mudo con sus padres y sus nueve hermanos a Pola de Allande. Con 20 años se pone a servir en Gijón, en casa de unos joyeros. A los 30, casada con un trabajador de la Azucarera, se traslada a Ambás (Carreño). La huerta es su gran pasión, además de su hija, sus nietos y sus cuatro bisnietos.

 

Antonio Blanco Cano, 94 años y natural de Valdés. Su familia emigró a Madrid pero él permaneció con sus abuelos en Asturias hasta que tuvo que trasladarse también a la capital para ayudar a su padre en la carbonería. A principios de los 50 regresó a Asturias, el carbón no era lo suyo, para dedicarse a la ganadería. Hoy la explotación está acargo de uno de sus cuatro nietos, auqnue Antonio no duda en pasarse por la cuadra siempre que puede.

Paisano y Paisana 2015

Jovita Rilo Salas, de 94 años y natural de Porciles. De padre cantero y madre costurera, se casó a los 22 años con Manuel. Trabajadora incansable: en casa, en la huerta y durante los “sanmartinos”. Simpática, habladora, madre de dos hijas, feliz abuela y con dos bisnietos. Se ha ganado el cariño de la gente, ese cariño que hoy recibe en forma de sentido homenaje como Paisana del Año 2015.

 

José Combarro Mínguez, 95 años y natural de Genestoso (Cangas del Narcea). Se calzó sus primeras madreñas con 4 años y tuvo que abandonar su Asturias natal durante la Guerra Civil. Pero cuando la tierra tira, tira, así que José volvió a su aldea, con su ganado y luchando contra los elementos, a 1.200 metros de altura en una época donde no existían los quitanieves. Su mujer Ofelia, sus 4 hijos, 9 nietos y 5 bisnietos hacen que el duro camino recorrido valga la pena y merezca un título como el de Paisano del Año 2015.